Las concesionarias de automóviles tienen sobre sus espaldas más de dos años seguidos con números alarmantes. La caída de las ventas obligó a las compañías a repensarse y reestructurarse en nuevos sistemas y formatos.
Las capacitaciones, la asistencia al cliente y herramientas tecnológicas para digitalizar todo el proceso de ventas formó parte de este nuevo modelo que las concesionarias Autosur y Surisan pusieron en marcha para ocupar parte del tiempo “ocioso” que provocaba la escasez de comercialización de autos.
“La pandemia agravó una crisis sectorial, con algunos efectos que han diferido en los plazos, pero han sido muy notorios. Después de la pandemia venimos aprendiendo constantemente a mirar por espejo retrovisor”, analizó el Director de Grupo Autosur, José Oroquieta, que tiene bajo su órbita los concesionarios Autosur (Renault) y Surisan (Nissan).
El empresario reconoció que Grupo Autosur ya venía apostando fuertemente a la digitalización del negocio de ventas de vehículos y que la pandemia no hizo más que acelerar ese esquema que ya venían instrumentando.
Sobre el fuerte avance al nuevo paradigma de digitalización que lleva adelante la empresa, Oroquieta destacó que “vos podés comprar y pagar con el botón de mercado pago, hasta suscribir a un plan de ahorro. Eso ya nos pone en la cresta de la ola y estamos un paso adelante en relación al resto”.
“Cómo tenemos poco volumen de ventas, aprovechamos a profundizar el esquema de digitalización que veníamos implementando para ofrecer nuestro producto a los nuevos tiempos de la pandemia”, precisó Oroquieta.
LAS DIFICULTADES DE ROMPER CON LOS VIEJOS PARADIGMAS
El empresario distinguió que la empresa tiene más de 30 años y eso genera complicaciones a la hora de romper con esquemas que necesitan ser renovados.
“Seguimos teniendo viejos vicios de otra forma de administrar, entonces hacer algunos cambios y ajustes son críticos, a todas las personas nos duele. Salir de la zona de confort requiere de visión y convencimiento de tus empleados a la hora del acompañamiento”, graficó el líder del Grupo.
En este contexto, formuló que el problema “no es el nuevo paradigma, sino nosotros. Lo que cuesta es la idiosincrasia del comercializador de automóviles entender que el concepto de cliente es mucho más amplio que una persona y un tipo de decisión. Nosotros tenemos que adaptarnos al cliente, pero el cliente ya no como persona, sino como concepto de receptor de un mensaje”, concluyó.