Según publica Clarín, Bravo “vive en una mansión con salida al mar y suele dar largos paseos en lancha. La mansión está ubicada en el lujoso barrio de San Souci States en North Miami y es su residencia desde hace más de tres décadas, la que comparte con su esposa de toda la vida Ana María Giordano”.
Actualmente, Bravo “espera hoy con comodidad la extradición pedida por el gobierno argentino hace casi 10 años sobre la que, hasta ahora, no recibió respuestas concretas de parte del gobierno de Estados Unidos”, describe el medio nacional.
Hace poco, el ex teniente, considerado clave en los fusilamientos, volvió a ser noticia: Familiares de cuatro víctimas de la masacre presentaron una demanda civil en Estados Unidos contra el exoficial naval por su presunta participación en el asesinato de presos y presas en la base aeronaval del sur del país.
“Mi padre sobrevivió a la masacre de Trelew y quiso dedicar su vida a exponer la verdad de lo sucedido, pero fue asesinado antes de que pudiera hacer justicia”, dijo la demandante Raquel Camps (hija de Alberto Camps), quien expresó su anhelo de que “el sistema de justicia de los Estados Unidos pueda ayudarnos a lograr su objetivo, a cerrar este capítulo doloroso de la historia argentina ya poner fin a los 50 años de impunidad de Bravo”.
La mansión donde vive Bravo cuesta en el mercado inmobiliario local 1,7 millones de dólares. Amasó una fortuna y hoy es multimillonario gracias a los negocios que realizó como proveedor del gobierno norteamericano a través de su empresa de servicios de salud denominada RGB, las iniciales de su nombre.
Fuente: Clarín y foto gentileza de Diario Jornada