La reina Margarita II, de 83 años, firmó el acta de abdicación en el palacio de Christiansborg, donde llegó con un carruaje que desfiló por las calles de la capital, Copenhague.
Margarita abandonó después el Consejo de Estado, al que acudió el nuevo monarca junto a su mujer, la australiana Mary Donaldson, su hijo Cristian, de 18 años, el nuevo príncipe heredero y sus otros tres descendientes, los príncipes Isabella, de 16, Vincent y Josephine, de 13.
“Que Dios bendiga al rey”, dijo la exsoberana con lágrimas en los ojos al dejar la sala.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, proclamará a Federico X, de 55 años, como rey en el balcón del palacio de Christiansborg, sede del Gobierno y del Parlamento.

La ascensión al trono de Federico, convirtió también en reina a su esposa Mary Elizabeth Donaldson, nacida en Australia hace 51 años.
“Es emocionante que una persona corriente como nosotros se convierta en reina. ¡Es muy emocionante!”, declaró Judy Langtree, una jubilada que acudió al evento desde Brisbane, en Australia.
A pesar de las bajas temperaturas, una multitud se congregó en el centro de la ciudad y frente al palacio para asistir a la ceremonia, informó la agencia de noticias AFP.
La policía de Copenhague había estimado que más de 100.000 personas acudirían al evento que marcó la segunda vez que un soberano danés abdica, dado que el antecedente fue el de Erico III en 1146.
La policía reforzó su presencia en la capital, engalanada con banderas rojiblancas para la ocasión.
Aske Julius, un habitante de Copenhague de 27 años, aseguró que Margarita es como “la encarnación de Dinamarca (…) el alma de la nación”.
En la ciudad hay pancartas con el rostro de la reina y mensajes de agradecimiento. En el metro, algunos carteles rezan: “Gracias por el viaje, Margarita”. Otros, “larga vida al rey”.