Hoy, 28 de mayo se conmemora el Día de la Higiene Menstrual que pretende concientizar acerca de la gestión menstrual deficiente y mostrar a la menstruación sin tabúes, es decir, como un ciclo biológico de las mujeres y aquellos que tengan capacidad de gestar.
La higiene menstrual implica un presupuesto mensual cada vez más elevado, que no está contemplado en las canastas básicas y, a su vez, profundiza las desigualdades en los sectores más vulnerables.
Un estudio de la consultora Voices reflejó que el 8 de cada 10 mujeres menstruantes encuestadas señalaron que estos productos son “muy caros” o “caros”. Por estos días, el pack de 16 unidades de toallitas femeninas de primera marca alcanza hoy los $ 6.400 mientras las más económicas se pueden encontrar desde los $ 3.000. En el caso de los tampones, se venden desde $ 3.500.
Una de las encuestadas señaló que “a veces se priva de comprar otras cosas” y que prefiere utilizar más tiempo del recomendado el apósito descartable para no dejar a su hija “sin toallitas”.
Un informe realizado en 2021 por la ex Secretaría de Políticas de Igualdad y Diversidad afirmó que son más de 12 millones de personas las que menstrúan. A pesar de tratarse de productos de primera necesidad, su acceso se encuentra condicionado por las posibilidades económicas.
Según el sondeo de la consultora, el 66% se ven limitadas en sus elecciones de toallitas, tampones, copitas por presupuesto. Ante el encarecimiento de los productos de gestión mensual, 6 de cada 10 optó por cambiar a marcas más económicas.
La gestión menstrual es un gasto inevitable para las mujeres y las personas con capacidad de gestar. Sin embargo, implica un presupuesto mensual cada vez más elevado y profundiza las desigualdades en los sectores más vulnerables.
Ante el encarecimiento de los productos de higiene menstrual, el estudio de la consultora Voices mostró que un 18% de las mujeres encuestadas utilizan las toallitas femeninas o tampones mayor tiempo del recomendado y otro 10% usa productos caseros como algodón o paños de tela, ambos hábitos son peligrosos para la salud.
“A la hora de vender los productos necesarios deberían de tener un precio accesible o distribuirse de forma gratuita en todos los centros de salud por mes, ya que es algo propio del cuerpo humano y debe ser atendido sin ningún tipo de impedimento, siendo así que no es una enfermedad o algo con lo que nosotras decidimos nacer. Personas en situaciones más vulnerables no pueden acceder a esos ‘privilegios’”, respondió una de las encuestadas.
En ese sentido, el 34% afirmó estar preocupada por no poder pagar los productos de la canasta menstrual.
Fuente: TN