Marco un inmigrante nacido en Zaragoza (España), el 18 de agosto de 1880 llego a la República Argentina junto a su esposa María Rabadán y sus dos pequeños hijos Marina y Vicente.
Su arribo se produjo en Buenos Aires durante 1920 y eso le permitió hacer su paso por el legendario Hotel de Inmigrantes ubicado en el bajo porteño.
Analizó la posibilidad de afincarse en distintos destinos que por entonces se ofrecían a los inmigrantes hasta que finalmente decidió radicarse en Rawson, lugar en el cual su familia creció con el nacimiento de sus dos hijas María y Aída.
Se instaló definitivamente en la calle Pedro Martínez al 256, actualmente Barrio General Valle.
Fue uno de los primeros carniceros de Rawson, muy recordado por los pobladores de antaño quienes lo reconocieron como un hombre de bien, afable, honesto y trabajador.
Repartió por años la carne a domicilio, la que transportaba en un carro por las calles del pueblo.
En los terrenos aledaños a su tradicional vivienda hizo culto de sus conocimientos y predilección por las plantas, cosechando variedad de frutos como duraznos, pelones, manzanas, uvas y otras, todas ellas de reconocida calidad. Su jardín fue muy conocido por la gama y variedad de flores, gracias a su conocimiento en injertos. Siempre demostró su pasión al mantenerlo y cuidarlo.
En Playa Unión fue propietario de una de las famosas casillas precursoras en el poblamiento de la villa balnearia. Dicha construcción fue arrasada por el mar.
Falleció en Rawson en enero de 1961. Los sueños de aquel inmigrante que un día partió de su España natal lleno de ilusiones se vieron proyectados en sus hijos y nietos, personas destacadas en la localidad por su respaldo y contribución al desarrollo de aquel lugar que supo ser hogar para su padre.