Quedó inaugurada de manera formal en el hall de la Legislatura del Chubut la muestra itinerante “Un nombre. Un destino. Una persona”, en homenaje a las víctimas del Holocausto y que permanecerá hasta el 25 de octubre para que el público en general la pueda visitar.
El acto fue encabezado por el diputado provincial y ex intendente de Esquel Sergio Ongarato, quien gestionó la presencia de la muestra ante la Fundación Stiftung Verbundenheit mit den Deutschen im Ausland.
Esta Fundación lleva adelante el proyecto “Construyamos Sociedades Más Tolerantes”, en conjunto con la Federación de Asociaciones Argentino-Germanas (FAAG), y en cuyo contexto se montó “Un nombre. Un destino. Una persona”, que ya recorrió instituciones de distintas provincias, como Buenos Aires, Santa Fe, Misiones y Mendoza. En Chubut, a fines de agosto se exhibió en el Centro Cultural Melipal.
La inauguración formal contó con las presencias del intendente de Rawson, Damián Biss; de otros diputados provinciales y de autoridades y personal de la Legislatura.
La muestra recorre “esta parte de la historia de la humanidad, centrada en Alemania pero que tiene que ver con los problemas que trajo el nacionalsocialismo en la Segunda Guerra Mundial y en los años previos”.
“Después de la derrota de Alemania en 1945, hasta 1960, era un tema que se prefería olvidar. Y en 1960 empezaron a recabar la historia de todo lo que habían sido esos años tan duros”, comentó.
“Producto de ello -explicó Ongarato- un artista, Gunter Demnig, hizo una obra que está desparramada en toda Europa, e incluso una parte está en Argentina. Consiste en placas que se colocan en la casa de aquellas personas que fueron víctimas del Holocausto”.
Una de esas placas, de Hans Tanhauser, es parte de le exhibición en la Legislatura.
“La placa se coloca en la casa en la que vivió la persona con autorización de la familia. Y figura el nombre de la persona y el lugar a donde fue deportada, el año de fallecimiento o cuando fue liberada”, indicó.
DE PERSONA A NÚMERO
“El nombre de la muestra tiene que ver con que las personas cuando eran deportadas perdían hasta el nombre. Pasaban a ser un número. Y una persona cuando pierde su nombre, pierde absolutamente todo lo que tiene y deja de ser persona prácticamente”, mencionó.
Ongarato añadió que una parte de la muestra tiene que ver con la historia de Margot Aberle Strauss, quien llegó en 1938 a la Argentina con 10 años. “Nació en Alemania pero el nacionalsocialismo le quitó su nacionalidad. Llegó aquí en condiciones muy malas y fue albergada por el Colegio Pestalozzi”, en Buenos Aires. “En este lugar volvió a ser persona”.
En tanto, otra parte de la muestra está vinculada a la familia Tanhauser que -explicó Ongarato- “fue víctima de dos dictaduras: la primera, de Adolf Hitler, y la segunda, la dictadura de los años 76 al 83. Hans Tanhauser fue llevado a un campo de concentración, donde falleció. Y su hijo, Juan Miguel, fue víctima de la dictadura en Argentina”.
RESPETO Y DIGNIDAD
“Esta muestra busca que conozcamos lo que pasó para no olvidar y no repetir la historia. Nos habla, en síntesis, de libertad, respeto por la dignidad de las personas, el encuentro de culturas, la no discriminación y la educación para la paz”, finalizó.
La muestra “Un nombre. Un destino. Una persona” es también conocida como “Stolpersteine”, que significa “piedras con las que se tropieza”. El proyecto, creado por el artista Gunter Demnig, consiste en la colocación de cubos de hormigón en las veredas frente a las últimas residencias conocidas de víctimas del Holocausto en Alemania y otros países. Llegó a la Argentina en 2017, cuando se colocó la primera placa conmemorativa fuera de Europa frente al Colegio Pestalozzi, en Buenos Aires.