“Tenemos que sentar las bases de una Argentina normal. Una reforma fiscal implica, entre otras cosas, revertir la regresividad de una matriz tributaria distorsiva y profundamente centralista, y dejar de legislar mal”, manifestó el Gobernador.
Señaló que “muchos impuestos actuales fueron creados como transitorios y terminaron quedando eternamente. Esa matriz fiscal asfixia a la producción y al trabajo”.
“Si vamos hacia una simplificación tributaria, debe venir de la mano de una reparación para la Argentina que trabaja y produce, para el mal llamado ‘interior del país’ que genera los dólares que durante años se dilapidaron desde el centralismo. Esos dólares deben traducirse en resultados concretos y políticas desarrollistas que mejoren la calidad de vida de todos los argentinos”, remarcó.
“No hay que tener miedo a la baja de impuestos”, recalcó Torres, recordando leyes impulsadas por la actual gestión que permitieron atraer inversiones. “Un caso es la Ley de Promoción de Inversiones Turísticas, a la que varios intendentes dudaban en adherir por el impacto fiscal. Sin embargo, luego de un año y medio, ese supuesto costo dinamizó la economía: hoy se están construyendo hoteles de primer nivel en la provincia gracias a ese régimen de promoción”.
“Al levantarle el pie de encima al contribuyente, se combate con más eficacia la evasión fiscal”, afirmó, y agregó que “por eso decidimos avanzar en un pacto fiscal con los municipios para estandarizar Ingresos Brutos y promover la baja en sectores estratégicos”.
