En el avance de la investigación del triple femicidio en Florencio Varela, la Justicia ordenó la captura nacional e internacional de la mano derecha de “Pequeño J”, el narco peruano de 23 años que habría ordenado la tortura y asesinato de Lara Gutiérrez, Brenda del Castillo y Morena Verdi.
El sospechoso es Matías Agustín Ozorio, de 28 años y cercano al líder de la organización delictiva que habría planeado todo: desde la trampa de la fiesta hasta la transmisión en vivo del crimen.
La Interpol emitió una alerta roja sobre la búsqueda de Ozorio.
Después del hallazgo de los cuerpos de las víctimas y la detención de cuatro sospechosos, los investigadores avanzan en esclarecer los roles de las personas que participaron en los asesinatos o que estuvieron vinculadas de alguna forma.
Según consta en la investigación realizada hasta el momento, “Pequeño J” le habría dicho a los dueños de la casa de Florencio Varela -que ya están detenidos junto a otra pareja- que “ordenen todo” para completar el crimen. Esto es, hacer los pozos en el patio para enterrar a las tres jóvenes.
Este jueves hubo un allanamiento del búnker de “Pequeño J” en el barrio porteño de Barracas. El líder narco dejó trampas electrificadas y un mensaje directo para la policía, escrito en una hoja de papel.
La hipótesis del fiscal de La Matanza, Gastón Duplaá, que el jueves por la noche le cedió el cargo al fiscal Adrián Arribas, es que el destinatario final de la masacre no eran las tres jóvenes. En ese sentido, se sospecha que Brenda, Morena y Lara fueron “el vehículo de un mensaje” para alguien de su propia banda que habría intentado robarle y traicionarlo. Esa persona habría visto la transmisión en vivo del crimen.