El Presidente tiene una doble misión: los gestos internos, para remontar la derrota del 7S, y externos, para blindar el cheque en blanco de los Estados Unidos.
La doble campaña es sin eufemismo. Antes de regresar de Nueva York, Milei anunció, por X, que el lunes estará en Ushuaia con los candidatos libertarios. La elección de Tierra del Fuego como primer destino después del salvataje que recibió en los EE.UU. tiene una doble señal.
En la política interna, LLA decidió priorizar las provincias que eligen senadores -Tierra del Fuego, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y CABA- y donde hay acuerdo con los gobernadores, como Mendoza y Entre Ríos. Con la Ciudad de Buenos Aires, son los únicos tres triunfos “seguros”, sobre 24.
En la política externa, es sabido: la apetencia de Trump por la construcción conjunta de una base militar en Tierra del Fuego. El 4 de abril de 2024, Milei viajó a Ushuaia para saludar a la General del Ejército de los Estados Unidos, Laura Richardson, comandante del Comando Sur. La presencia del ministro Luis Petri en la gira en Nueva York mostraría la correspondencia argentina. No sería la única.
GOBERNABILIDAD Y VÍNCULO CON LOS GOBERNADORES
El pedido urgente sobre gobernabilidad implica a los gobernadores. La Casa Rosada activó el Pacto de Mayo, pero el llamado, como el del pastorcito de la fábula, perdió la magia. “Los gobernadores no quieren saber nada. Ya los usaron y ahora están de campaña. Hasta el 26 de octubre, ni la hora… a Milei”, dice un dirigente aliado de LLA.
Martín Llaryora (Córdoba) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe), son de los más duros. El “plan gobernabilidad” queda para diciembre, según el futuro que entrevén Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y “Nacho” Torres (Chubut).
El peronista Osvaldo Jaldo está tan compenetrado en la campaña que pidió un mes de licencia. Es candidato testimonial y hasta rechazó una reunión con Axel Kicillof para priorizar el territorio. “Ahora no puedo”, avisó desde Tucumán. Esos contactos son secretos para no irritar a Cristina Kirchner. No es empatía, es para evitar un contragolpe.