El intendente de Comodoro Rivadavia, Othar Macharashvili, atraviesa severas complicaciones en la ciudad, tanto política, económica como socialmente.
Desde lo político, quedó aislado tras las diferencias y el distanciamiento con Juan Pablo Luque. El acercamiento y el “buen feeling” entre Macharashvili y el gobernador Ignacio Torres generó irritación en el armado del excandidato a gobernador y actual postulante a la diputación nacional por el peronismo.
En medio de la interna pejotista entre Luque y Dante Bowen de Dolavon, Macharashvili nunca se pronunció enfáticamente a favor del exintendente comodorense y, en el medio, posteaba el respaldo a alguna medida o gestión de Torres ante Nación.
Ese combo terminó dinamitando una relación que ya había comenzado con recelos cuando Luque había elegido a Issa Pfister como candidato a intendente de la ciudad petrolera, aunque meses más tarde, se terminó cayendo por la falta de llegada del exsecretario de Hacienda y el “plan B” fue Macharashvili.
Tras la interna en la que se impuso Luque, posiblemente haya un acercamiento entre ambos, principalmente porque la competidora es la diputada actual, Ana Clara Romero, quien no solo es de Comodoro Rivadavia, sino que en las elecciones del 2023, quedó muy cerca de Macharashvili y estuvo cerca de quedarse con la intendencia.
Desde lo económico, Comodoro siempre “fue una isla” por el grifo interminable de fondos que inyecta el sector petrolero a las arcas municipales.
La ciudad tiene un régimen excepcional: Se queda con el 40% de las regalías hidrocarburíferas que se reparten a todos los municipios y comunas rurales, pero además, se queda con el 84% del Bono de Compensación que se reparte entre los municipios de zona sur.
Sin embargo, la madurez de los pozos de la Cuenca del Golfo San Jorge, la caída de la producción y el levantamiento de operadoras y pymes del sector está generando menos ingresos para Comodoro, aunque el impacto más fuerte se da desde lo social.
La crisis social es lo más preocupante: Miles de trabajadores sin empleo y el consecuente impacto, tal como lo explicó Macharashvili, desde lo sanitario, ya que muchos trabajadores se quedaron sin obra social y comenzaron a utilizar el sistema público, provocando cierto colapso en hospitales de la ciudad.
En este contexto, el presente del intendente está repleto de piedras y los vecinos comienzas a exhibir cierto malestar con la gestión.
El sondeo realizado por Vot/Si reflejó que la aprobación de la gestión de Macharashvili es apenas del 28,7%, de los cuales solo el 6,1% “aprueba totalmente” su Gobierno, mientras que el 22,6% “aprueba algo” de la gestión.
Pero la luz roja del semáforo es mucho más contundente: El 47,3% desaprueba la gestión de Macharashvili. El 32,9% “desaprueba totalmente” al Gobierno municipal, en tanto que el 14,4% “desaprueba algo” de la gestión comodorense.
Un dato interesante de la encuesta de Vot/Si y que puede generar optimismo o desazón al mismo tiempo, es que el 24% optó por la respuesta “No sé o prefiero no contestar”, dejando un margen importante para un eventual crecimiento o para pronunciar aún más la caída en la aprobación de la gestión.