El 9 y el 10. De los números más importantes en el fútbol mundial. El que hace el gol y el que asiste para marcar. Si bien hoy el fútbol es más dinámico y los jugadores son polifuncionales, la vieja escuela se sigue imponiendo en algunas equipos y Deportivo Madryn no es la excepción.
El “Tanque” Rivero” fue contratado con el torneo ya iniciado por la lesión de Juan Galeano y cumplió con creces las expectativas del aurinegro.
Sin jugar la totalidad de las fechas, el “Tanque” se erigió como el 9 determinante en el área y convirtió 9 tantos para transformarse en el goleador de Deportivo Madryn en el campeonato de Primera Nacional.
Con una amplia trayectoria en el fútbol del ascenso, Rivero jugó en Ferro, Patronato, Alvarado, Gimnasia de Mendoza (el rival de hoy), Almirante Brown y el año pasado fue jugador de Talleres de Remedios de Escalada.
Estuvo en Uruguay, Grecia y Chile y ahora se convirtió en una de las figuras del equipo del “Tano” Gracián.
Por su parte, Nazareno Solís el 10 y extremo de Deportivo Madryn, tiene una amplia trayectoria en la máxima categoría del fútbol argentino.
En el torneo de Primera Nacional, cerró con 5 goles y 9 asistencias, convirtiéndose en el jugador con más pases gol de todo el campeonato.
Solís jugó en Talleres de Córdoba donde marcó 8 goles; en Boca Juniors sin tantos; en Huracán; San Martín de San Juan; y en Aldosivi.
En el exterior, jugó en la Universidad de Chile, uno de los equipos más importantes del país trasandino, y en el Creta de Grecia.
El 10 del aurinegro es de esos jugadores que pueden cambiar un partido en cuestión de segundos: Su visión de juego lo convirtió en el máximo asistidor de la Primera Nacional y hoy tendrá un rol fundamental en la final por el ascenso a Primera División frente a Gimnasia de Mendoza.
