El acuerdo comercial anunciado recientemente por la Argentina y Estados Unidos encendió expectativas en varios rubros de la agroindustria.
Aunque la discusión pública se concentró en la carne vacuna, hay un sector que mira con atención el giro diplomático. Se trata de la cadena del biodiésel, que interpreta el acercamiento como una oportunidad para retomar un mercado multimillonario que supo representar ingresos clave para el país.
Hasta que Washington aplicó medidas antidumping y antisubsidios en 2018, las exportaciones argentinas de biodiésel hacia Estados Unidos rondaban los u$s 1.000 millones por año. Los aranceles —que escalaron hasta 130% y luego fueron confirmados por las autoridades norteamericanas pese a las objeciones oficiales— cerraron prácticamente el acceso al que era el principal destino de la industria local del biocombustible.
Ahora, el pacto marco firmado por ambos gobiernos reabre la posibilidad de negociar algún tipo de mecanismo que permita reinsertar el producto argentino en ese mercado. Según explicó Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), el sector “aspira” a que esa vía vuelva a abrirse.
El dirigente planteó que el nuevo escenario diplomático habilita una conversación que podría desembocar en un esquema acotado, pero estable, semejante al que Argentina tiene vigente con la Unión Europea.
“Se abre una puerta y un diálogo con este tema… posiblemente no volvamos al mercado libre que existía antes, pero sí tal vez pensar en un acuerdo de volumen como tenemos con la Unión Europea”, sostuvo el titular de Carbio en diálogo con Clarín.
Actualmente, el cupo con el bloque europeo (acordado tras años de barreras arancelarias) asciende a un millón de toneladas por año. “Si lográramos algo parecido con Estados Unidos, estaríamos contentos”, resumió.
Zubizarreta insistió en que lo esencial es volver a tener un canal comercial operativo, incluso si luego el cupo no se aprovecha por completo, como ocurre en los últimos años con Europa, donde la demanda interna se debilitó y los embarques argentinos quedaron por debajo del tope disponible.
