Entre 2020 y 2024, las exportaciones pesqueras han rondando entre las 22.000 y 31.000 toneladas, en todos los casos por debajo de los 100 millones de dólares.
El año pasado se exportaron desde Argentina a Brasil 26.472 toneladas de productos de la industria pesquera; de los cuales 21.813 toneladas correspondieron a merluza hubbsi, principalmente, filetes congelados; en tanto, se comercializaron en el mercado del principal socio del Mercosur un total de 1.234 toneladas de langostino enteros congelados y unas 541 toneladas de calamar illex, entre otras especies.
El volumen es bajo y muestra que hay mucho por trabajar en ese mercado que tiene sus particularidades. “No le exportamos mucho a Brasil, unas 24.000 toneladas en promedio, la mayoría merluza, y creemos que hay un gran potencial para desarrollar. Hay mucho camino para recorrer por las cuestiones sanitarias, pero por sobre todo para posicionar nuestros productos”, subrayó el presidente de CAPIP, Agustín de la Fuente desde San Pablo.
En el marco de esta ‘Seafood Show Latin America 2025’, “desde CAPIP estamos trabajando en ese objetivo de generar vinculaciones para que luego se traduzcan en negocios comerciales”, mencionó al dar cuenta que las empresas argentinas tienen que llegar al consumidor de Brasil para que conozca los productos, sepan de sus características que lo hacen completamente diferente a los de cultivo y así puedan elegirlo.
“Hace varios años teníamos una medida cautelar propiciada por algunos empresarios de Brasil, que se dedican al cultivo de camarón; se ha logrado levantar esa medida, y de a poco va ingresando nuestro langostino austral y salvaje. Hay que venir a explicar que es un producto distinto al de cultivo”, planteó.

POSICIONAR Y DIFERENCIAR NUESTROS PRODUCTOS
En esta línea, De la Fuente explicó que “hay empresas argentinas que están posicionándose, mostrando el producto, diferenciándolo, y puede representar una gran perspectiva para nuestro producto en este mercado”, se esperanzó.
El titular de la cámara mencionó que varias empresas “están presente y desde hace años participan en eventos gastronómicos para posicionar el langostino argentino ante los consumidores, que lo puedan conocer y elegirlo. Esto tiene un desarrollo y lleva su tiempo por eso es importante venir a Brasil, estar en estos eventos, y desde las cámaras pesqueras poder explicar cómo está la pesca argentina, cuáles son sus expectativas y cuáles pueden ser nuestros compromisos”, describió.
En cuanto a las inquietudes que surgen y perciben en la Feria de San Pablo, sostuvo que “lo que le está pasando a Brasil con los aranceles de Estados Unidos le ha dado un impulso a que nosotros podamos negociar de otra forma. No creemos en que podemos crecer porque a otro le vaya mal, pero regionalmente nos tenemos que vincular y mirar estratégicamente a Brasil”, ratificó y dijo que “en este trabajo también está el de vinculación”.
Este miércoles, la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP) y la Associação Brasileira de Fomento de Pescado (ABRAPES) “firmamos un acuerdo de cooperación que tiene que mantenerse con una agenda permanente de intercambio. Estas vinculaciones hacen que las puertas se sigan abriendo. Que las empresas confíen que se puede comprar y vender, y desde CAPIP tenemos con visión y misión la de vincular a las partes”, destacó.
DEMANDA DEL MERCADO CHINO
La semana próxima se llevará a cabo la ‘China Fisheries & Seafood Expo’, la Feria de Qingdao, donde también habrá participación de empresas argentinas y asociadas a la cámara patagónica. “Tenemos que mirar cuáles son nuestras perspectivas comerciales donde podemos colocar nuestros productos y la demanda de proteínas en el marco global sigue siendo requerida. Podemos dar certezas que nuestros productos tienen trazabilidad y calidad premium, por eso hay que estar en estos eventos”, reivindicó De la Fuente.
En ese marco, explicó que el mercado chino “apunta a tener un consumo per capita de más de 50 kilos de pescados y mariscos en menos de cinco años. Hay una perspectiva de demanda y no podemos de dejar de mirar el mercado chino, como tampoco podemos dejar de mirar el mercado de Estados Unidos. Dentro de esta cuestión de relaciones internacionales, lamentablemente, no somos parte de discusión geopolítica, pero la cuestión comercial de productos alimenticios creo que tiene que marcar agenda”, concluyó.
