Un trabajo de dos periodistas argentinos sobre el traslado de los represores Alfredo Astiz, el “Tigre” Acosta y otros integrantes de la ESMA a Sudáfrica para esconderlos en medio de las denuncias por los crímenes de lesa humanidad fue nominado para un importante premio internacional. Se trata del artículo “Los días más felices de los represores”, publicado en agosto pasado.
El trabajo fue escrito por el periodista Facundo Fernández Barrio y la periodista Miriam Lewin, quienes lo publicaron en la Revista Anfibia. La pieza periodística fue nominada y está entre los finalistas a ganar el True Story Award 2024.
Se trata de un documento que reconstruye un costado poco conocido del derrotero que tuvieron reconocidos represores de la última dictadura militar, como el “Tigre” Acosta y Alfredo Astiz, hoy detenidos y condenados a prisión perpetua.
Los detalles de la crónica nominada
La historia que reflota el texto finalista para el premio internacional tiene lugar en la etapa final de los sangrientos años de la dictadura. Los casos de secuestros y torturas en el predio de la Ex Esma comienzan a sonar públicamente y las denuncias se multiplican internamente y también desde el exterior, donde hay muchos argentinos exiliados.
Frente a ese panorama, la dictadura militar necesitaba bajarle el perfil al principal centro de tortura del país y a sus hombres encargados de las peores vejaciones y torturas, hoy enmarcadas en delitos y crímenes de lesa humanidad. Es por eso que desde mediados de 1979, el gobierno militar comienza a firmar decretos confidenciales que designan a las autoridades de la ESMA en puestos estratégicos del otro lado del Océano Atlántico.
La junta militar que gobernaba el país con la Constitución guardada en un cajón necesitaba proteger a sus hombres. “Es probable que Massera sea partícipe de la decisión, y es seguro que la decisión le conviene: preservar a sus hombres más comprometidos es preservarse a sí mismo”, dice el texto de Fernández Barrio y Lewin.
Así es como a lo largo de los párrafos los autores relatan cómo fue el derrotero que terminó con los represores Rubén Chamorro, Alfredo Astiz, Jorge Perrén y Jorge Acosta en Pretoria y Ciudad del Cabo, donde fueron recibidos con honores por parte del régimen del Apartheid.
De acuerdo al relato, varios de ellos tuvieron un rol destacado en la SA Naval Staff College, donde superaron la capacitación a tal punto que después fueron tomados como referencia para enseñar su sabiduría militar.
Con esa línea de fondo, el trabajo se mete en detalles sobre la vida de cada uno de los represores, que para 1982 ya ven caer en desgracia su presencia en ese lejano país. Ocurre que el escenario cambia y una serie de factores hacen que los represores argentinos pasen de recibir honores a incomodar al régimen sudafricano.